Mejoró su sistema digestivo en un mil por ciento. Asimilaba mucho mejor los nutrientes de mi leche. En 3 meses logré que sea un niño normal, con peso y talla normal, en la media de la curva. Su reflujo casi desapareció. Empezó su alimentación complementaria a los 7 meses y no ha rechazado ningún Alimento, hoy con 9 meses come por lo menos 10 alimentos más 2 mamaderas de 250 cc de leche de burra y lm. Para mi fue realmente un milagro la leche de burra. Cuando pensé que mi hijo no repuntaría nunca, fue mi salvación «
Su pediatra le solicitó exámenes, concluyéndose finalmente que lo que tenía era una alergia a la proteína de la leche de vaca. Por indicación de su pediatra, comencé a darle la leche en tarro especial para alérgicos. Fue un drama porque no quería tomarla por su mal sabor. Por este motivo probé otras fórmulas para alérgicos, pero su mal sabor hizo muy difícil lograr alimentarlo. Las molestias casi no disminuyeron, siendo además una guagua que se enfermaba mucho (bronquitis obstructivas a repetición). Finalmente una amiga me recomendó probar con leche de burra, dado que a ella le había ido muy bien con su hijo. Sin muchas expectativas la probé con Andrecito. Realmente fue la salvación, porque además de tomársela feliz por su buen sabor, pareciera que mejoraron muchísimo sus defensas porque claramente se refrió mucho menos en los meses siguientes.
Estoy feliz de haberle hecho caso a mi amiga, y de que Andrecito haya evolucionado casi en forma milagrosa»
Luego de esto, su médico nos indicó que podríamos probar con leche de burra, aunque sin mucha esperanza ya, decidimos probarla, y desde la primera vez fue todo un éxito! Fiorella no vomitó más, comenzó a tomar como nunca antes su leche, con gana, sin miedo y sin vómitos.
Después de un mes de utilizarla, ya no fue necesario utilizar sonda, ella subía de peso, de a poco pero como nunca antes había sucedido. Actualmente ella es una niña sana, feliz y hermosa.
Agradezco todos los días haberme atrevido a usar esta leche, ya que fue la solución. Fiorella come todo preparado con su leche (postres, tortas, etc.). La recomiendo al 100%. Fue nuestra solución y sé que también lo es para muchas otras familias.»
Al principio fue la neo… luego en casa todo parecía fluir naturalmente con las dificultades de 2 bebés prematuros, pero Alonso empezó a tener más episodios de reflujo… creímos que era el fisiológico de todo bebé por lo que no nos preocupamos. El problema empezó cuando incluso devolvía por la nariz… pronto empezó a rechazar su mamadera y a llorar mucho sin ser él un bebé lloroncito. Fue difícil llegar al diagnóstico, finalmente la sangre oculta en sus deposiciones nos llevó a APLV. Empezó el camino de leches especiales parcial y totalmente hidrolizadas… a mi hijo no les gustaban, aunque menos, seguía siendo para él algo desagradable tomar biberón. Luego de unas semanas y pese a mi negación por el temor al mal manejo, me vi sin otra salida que probar la leche de burra… SIII!! era raro! Año 2015 y mi hijo tomando leche de burra…. como se imaginarán los resultados fueron espectaculares!!… le encanta su leche!!… volvió a tomar biberón sin llorar y con agrado, e incluso empezó a exigir más y más!! Fue UN MILAGRO!
Hoy ya llevamos meses con la leche y Alonso nunca volvió a tener signos… es un bebé muy feliz y con buen peso. Estoy completamente convencida de que esta leche es la mejor terapia para los niños con APVL… es muy similar a la leche materna, por eso no genera ninguna reacción inmune. Quise compartir nuestra experiencia como un aporte a todas las familias que pasan momentos difíciles con sus hijos y en la leche de burrita puede estar la solución.»
Esto implicó, además de empezar a ser Sofía atendida por un especialista, ajustar mi dieta eliminando toda leche visible y oculta de los alimentos que comía para no traspasarla por la leche materna y probar con casi una decena de leches para niños con APLV, sin embargo esto no ayudaba a que disminuyeran o desaparecieran los síntomas de Sofía; si no que muy por el contrario, empezaron a aparecer nuevos síntomas! Ahora a sus vómitos y diarreas se le sumaban botar un poco de leche por su nariz y algunas llagas en su potito.
Conversando con su doctor, en una de las tantas visitas semanales a su consulta, me dice que ya no quedaban leches en el mercado con las cuales probar y que la alimentación de Sofía tendría que pasar a ser licuado de pollo. En ese momento sólo pensaba que mi hija era lactante y que justamente la privaría de la leche que debía ser su único alimento por algunos meses más, pensamiento que le hice saber al doctor y que para mi sorpresa, me dijo que había otra alternativa.
Me planteó el alimentar a Sofía con leche de burra, que si bien no se usaba mucho hasta el momento en Chile, estaba siendo cada vez más común en Europa. Sin siquiera pensarlo dos veces acepté su propuesta y desde ese día, algunos días antes de los 3 meses y medio de Sofía, empezamos con la leche de burra.
De inmediato le encantó su nueva leche, empezó a tener menos molestias en su guatita, dejó de botar leche por su nariz, sus llagas del potito empezaron a sanar y los vómitos y diarreas empezaron a desaparecer. Obviamente, esto trajo consigo que Sofía empezara a subir de peso, ya que ya no botaba todo lo que comía. Sofía se mantuvo tomando leche de burra y usándola para preparar sus comidas por un año, llegando a estar tomando el día de hoy leche en fórmula, cercanos a hacer la provocación total con la leche y disfrutando de una niñita exquisita, sana y con un muy buen peso.»
Josefa nunca quiso tomar leche con gusto, desde el comienzo se demoraba mucho en tomarse su mamadera, en ocasiones hasta 1 hora y media. Tuve poca leche, la cual no fue suficiente para alimentarla y finalmente decidí darle solo fórmula.
Tenía además reflujo desde que nació y vómitos. De hecho tuve que hospitalizarla por apneas o ahogos producidos por el reflujo. Por este motivo cambiamos de leche en varias ocasiones probando alternativas para su reflujo. Mi pediatra pensó en la posibilidad de alergia a la proteína de leche de vaca, pero ninguna de las fórmulas que usábamos le gustaba ni toleraba. Hasta que a los 3 meses llegó el día en que no toleró ninguna leche y dejó de alimentarse, razón por la cual acudimos nuevamente al doctor desesperados.
El doctor nos comenta que ya habíamos probado la mayoría de las alternativas de leche que hay en el mercado para la alergia a la proteína de la leche de la vaca y las fórmulas normales.
Nos planteó el intentar sacar la leche de vaca de su dieta y, para reemplazarla ahora probaríamos leche de burra, que era la más similar a la leche materna y que ha tenido muy buenos resultados en otros bebés con alergia alimentaria. Por lo cual ese mismo día y con mucha esperanza se la dimos a la Josefa. Para sorpresa nuestra se la tomó como nunca había tomado su leche, con ganas y feliz!! Lloramos de emoción y fue realmente un milagro para nosotros. Así fue como cada vez empezó a pedir más y desde ese día nos cambió la vida y ahora tenemos una Josefa feliz y alimentándose de lo mejor.»
Dados los intensos síntomas que tenía, intenté todo tipo de restricciones alimentarias en mi, de manera de poder mantener la lactancia. Primero para mantener la lactancia y luego porque no teníamos otra alternativa, dado que no toleró ninguna fórmulas de las usadas para alergia.
Con la dieta materna más extrema posible sólo logramos estabilizarlo por breves períodos, pero a costa de mi salud, la que fue progresivamente empeorando, instalándose una anemia, osteoporosis, desmayos frecuentes.
Desde el segundo mes de vida de Ignacio habíamos intentado cada fórmula aminoacídica o altamente hidrolizada disponible en Chile y en el extranjero, incluso leche de burra fresca de Chile, o en polvo de Italia.
Siempre presentando reacciones intolerables, que se manifestaban por dolor intratable, colitis, vómitos, baja de peso, dermatitis o reflujo severos o bien por la grave privación de sueño de toda la familia por su llanto intenso y persistente.
Habiéndolo intentado todo llegamos a ASINOLAT®., por sugerencia de la inmunóloga tratante, sin muchas esperanzas de que pudiera resultar. Entonces ocurrió lo impensable: Ignacio toleró ASINOLAT® perfectamente bien y la prefirió, incluso a la lactancia materna, la que al fin pudo ser suspendida.
No podíamos creerlo junto a mi marido. Pero, por qué toleró esta leche y no otras?
Comprendimos que lo que comen las burras también pasa por la leche de ellas y, por eso, no había tolerado otras leches de burra.
Nos informamos de que las burritas de ASINOLAT® comen solo pasto de pradera natural, libres, además de no recibir hormonas ni antibióticos u otros fármacos que pudieran alterar la calidad totalmente natural de la leche.
Hasta hoy, 8 meses después, es la única leche que tolera y uno de los 4 alimentos que no le causan reacción alérgica. No tener ninguna posibilidad de alimentación para mi como madre, sin que tuviera consecuencias negativas y no tener ninguna otra alternativa para alimentarlo es una de las situaciones más difíciles que he enfrentado en mi vida. Agradezco a la vida el poder alimentar a mi hijo con ASINOLAT® el cual, después de informarme con detalle, he comprobado que es un proyecto lleno de cariño y esfuerzo, que nos salvó la vida a mi hijo y a mi.»
Había escuchado hablar de la alergia a la proteína de leche de vaca, sin embargo, cuando de salud se trata, nos volvemos adolescentes, nos sentimos invulnerables y, por ende, tenemos la creencia de que eso “nunca Me va a pasar”.
Mi hija aún no cumplía 1 mes de vida cuando íbamos con mi marido camino a la Urgencia de la Clínica por un pañal con trazas de sangre. Después de muchos exámenes, la hipótesis diagnóstica apuntaba efectivamente a una APLV y aún hallazgo de colelitiasis, cálculos en su vesícula. Si bien la indicación era una dieta de exclusión, mi instinto materno me hizo sentir ansiedad frente a lo desconocido, algo me decía que sería mucho más que eso…
De inmediato empecé a buscar información al respecto, pero para mi sorpresa, si bien la prevalencia tenía un crecimiento exponencial en los últimos años, sus causas aún se presentan como “hipótesis” y estudios al respecto, lo que aumentó mi incertidumbre.
Como consecuencia de todo lo que estábamos viviendo, mi producción de leche bajaba cada día más y, a pesar de intentar con distintas alternativas llegue prácticamente a cero. Así, tuvimos que optar por distintas fórmulas, probamos con las aminoacídicas, las extensamente hidrolizadas, las parcialmente hidrolizadas, cambiándolas incluso según los % de lactosa y soya de éstas.
Cuando ya creíamos haber encontrado la indicada, después de meses “cambiando pañales con miedo”, llegó la hora de probar con diferentes alimentos, frente a lo cual Amalia empeoró su sintomatología, haciéndose más frecuentes las diarreas, la mucosidad, la proctocolitis, el eritema, etc, todo apuntaba a una alergia alimentaria múltiple severa.
Sumado a todo lo anterior, se había sensibilizado a la única fórmula con la que habíamos tenido mejores resultados, frente a lo cual mi pediatra me sugiere intentar con “leche de burra” y, si bien estaba desesperanzada del “ensayo y error” que caracteriza esta patología, no dude en intentarlo. No lo podíamos creer, pero efectivamente no producía reacción frente a ella y, más encima le agradaba su sabor. La tolerancia frente a Asinolat me hizo volver a creer en lo “natural”, ya que su composición es la más cercana a la leche materna, es por esto que invito a otras mamás a hacer la prueba, a no bajar los brazos!!
El proceso ha sido más largo y difícil de lo esperado, pero estoy agradecida de que el destino cruzara a ciertas personas en mi camino: mi pediatra que siempre ha estado presente, siendo un ejemplo de vocación y de amor a su profesión y al equipo de Asinolat que te hacen olvidar que se trata de una empresa, ya que está más pendiente de la salud de mi hija y de que ella cuente con los litros necesarios que lo de económico propiamente tal.
“Mientras haya un 1% de probabilidad, tendremos un 99% de fe”.
AMALIA MARÍA- tratamiento alergia alimentaria múltiple- 9 meses / Mamá: TANIA.
Espero con este, mi segundo testimonio, ayudar a muchas familias.
Gracias a la leche de burra Asinolat, mi hija mayor fue dada de alta de su alergia alimentaria a la proteína de leche de vaca cuando cumplió 1 año.
A los 2 meses de edad a Martina le diagnosticaron APLV.
La leche de fórmula 100% hidrolizada le producían cólicos, la hacían vomitar, se quejaba y lloraba. Para poder alimentarla con leche materna hice dieta APLV.
Como ya teníamos la experiencia con mi hija mayor, decidimos probar con leche de burra Asinolat.
El cambio fue inmediato, rápidamente desaparecieron los cólicos y el reflujo. Con 7 meses, Martina está comenzando a tomar fórmula parcialmente hidrolizada.
Introducir leche de burra a muy temprana edad le ha permitido avanzar muy rápido y hasta ahora, ha tolerado bien todos los alimentos.
Gracias a la leche de burra Asinolat mis 2 hijas han podido alimentarse, subir de peso, ser sanas y felices.
Gracias Asinolat por ayudarnos a ganarle a la alergia alimentaria y al sufrimiento que trae para ellas y para nosotros los padres.
Pedro nació el 2019, es el tercero de mis hijos y al igual que sus hermanos tiene Aplv.
Antes de que naciera yo me empecé a informar sobre la leche de Burra como opción real, de hecho consulté con el Doctor.
Desde sus primeros días de vida presentó los primeros síntomas de Alergia Alimentaria, tuvo rush , reflujo severo y diarreas. No lo pensamos dos veces, empezamos a darle y fue un cambio al instante. Pedrito ahora esta sano, crece como cualquier niño y es súper alegre.
Siempre apoyada y guiada por mi pediatra e inmunóloga, cuando ella cumplió 5 meses, decidimos probar diferentes alternativas hasta llegar a la Leche de Burra Asinolat.
Cuando comenzó a tomar la Leche de Burra Asinolat, comenzó a dormir mejor, mejoraron sus síntomas, subió bien de peso y se acabaron sus deposiciones con sangre.
Quiero destacar además al equipo de Asinolat ya que ha sido muy comprensivo y me ha acompañado en todo este proceso.
Mi hijo Nicolás a los 2 meses de edad fue diagnosticado con inmadurez intestinal y APLV (alergia a la proteína de la vaca).
Al principio hice una dieta muy estricta y opté por darle leche materna, lamentablemente esto no dio resultado, Nicolás seguía con muchas molestias en su guatita y sin poder
dormir.
Probamos las distintas marcas de leches hipoalergénicas del mercado, sin resultados favorables. Finalmente mi pediatra me recomendó Leche de Burra Asinolat y la verdad es que nos cambió la vida. Nicolás empezó a dormir tranquilo, sin molestias y comenzó a crecer (peso y talla) de acuerdo a los parámetros de un niño normal.
Desde las primeras semanas de vida, José Manuel presentó cólicos, reflujo y problemas en las deposiciones.
Nuestro pediatra lo diagnosticó con alergia alimentaria por lo que iniciamos una dieta con restricción.
A pesar de nuestros esfuerzos, José Manuel persistía con los síntomas y no subía de peso.
Ante la imposibilidad de que tome los rellenos hidrolizados, nos recomendó probar con leche de burra.
Nos contactamos con Asinolat y probamos la leche de burra. Los cólicos disminuyeron, aumentó de peso e incluso, luego de algunos meses, logramos comenzar con la papilla.
Estamos muy agradecidos del equipo Asinolat ya que nos ayudaron, acompañaron y se preocuparon que en ningún momento nos quedáramos sin alimento para José Manuel.
Llegué a Asinolat gracias a una amiga, ya que ella después de intentar varias leches con su hijo fue la única que le dio resultados.
Con mi hijo probé varias leches aptas para APLV y no aceptó ninguna por sabor.
A los 11 meses, no le pude seguir dando papa de un día para otro, ya que yo tenía 6 meses de embarazo y empecé a tener contracciones. Ese mismo día mi amiga me dejó una botella de leche Asinolat y el la aceptó. Desde ahí han sido solo cambios positivos, hasta mejoró su piel, las deposiciones, cosa que aunque yo llevara meses de la dieta libre de leche de Vaca, él nunca estuvo al 100%
La atención excelente, recomiendo a ojos cerrados esta empresa, a nosotros nos ayudó en un momento que yo no venía una solución y solo tenía angustia. Ayudó a mi hijo y a nosotros como familia.
Ella es nuestra hija Isabella, tiene 6 meses y tiene APLV. Cuando nació no pude darle leche materna, probamos innumerables fórmulas, visitamos muchos especialistas, sabíamos que su cuerpo nos decía algo.
Alimentar a nuestra hija con algo que la dañaba, era fuerte emocionalmente.
Un día, conocimos las propiedades de la leche de burra. Vimos los pro (que son infinitos) y los contra. Vimos que éstos últimos tenían solución. Nos decidimos.
Buscamos una empresa con estándares de calidad en la leche de burra y por supuesto una valoración destacada por parte de los consumidores. Así llegamos a ASINOLAT.
¡Qué alegría! Sin dudarlo viajamos horas para conseguir las primeras leches. Y sí, fue notable, nuestra hija cambió desde el día 1, adiós malestares ¡bienvenidas sonrisas!
Contacto fácil con el equipo humano Asinolat, en la puerta de tu casa y permanente disposición para colaborar. Ese es su valor agregado, sin duda.
Estamos agradecidos de haberlos encontrado y nos quedaremos muchos años más. Nuestra hija ha crecido 100% sana.
Todo comenzó cuando Vicente tenía 3 semanas de vida, primero apareció el eritema que cada día iba aumentando, empezamos a notar que cada vez que se alimentaba los granitos aumentaban, luego se sumaron cólicos, deposiciones líquidas frecuentes con mucosidad y sangre, llegamos a un momento que los cólicos fueron imparables día y noche. Vicente se quejaba todo el día y pujaba constantemente, eran largas noches de paseo para lograr calmarlo, fue diagnosticado con alergia alimentaria. Comencé una dieta estricta, en donde terminé comiendo solo 2 alimentos, aun así, Vicente no tenía mejoría, llegamos a los 4 meses, la dieta no dada resultados, entremedio probamos con todas las fórmulas especiales, a todas reaccionó. Seguían los cólicos, los pujos, las largas noches sin dormir, sus deposiciones no mejoraban pese a probar todo. Su inmunóloga nos había hablado que existía una opción de dar leche de burra, pero que intentaríamos con otras opciones antes, llegó un momento en que Vicente ya no toleró nada, vomitaba, lloraba, tenía deposiciones con sangre, nos contactamos desesperados con Asinolat, rápidamente gestionaron todo para que Vicente empezara a tomar la leche. Desde el día que comenzó con la leche de burra todo cambió completamente, por primera vez durmió tranquilo, comenzaron a desaparecer los cólicos y los pujos, a los 3 días de haber empezado con leche sus deposiciones fueron normales, fue maravilloso, por fin después de mucho tiempo veíamos a Vicente tranquilo y sonreír. Así paso el tiempo gracias a la leche pudimos comenzar con los alimentos rápidamente y nos ha ido super bien. En cuanto a su desarrollo y crecimiento, peso y talla normal. Vicente ya cumplió 1 año, sigue tomando su leche de burra Asinolat, cada vez menos porque ya complementa con otros alimentos , pero la ama y nosotros también porque cambio nuestras vidas .